El Tiempo y el Yo
El yo es el resultado del tiempo en la mente.
Lo que ocurre en la mente fuera del tiempo es la Percepción Unitaria.
Sólo en Percepción Unitaria la creación eterna puede ser percibida sin palabras de una manera celular o molecular en su naturaleza.
Esta percepción de la creación es tremendamente vibrante, energética y regenerativa.
El contacto con la creación no puede ser acumulado. Ocurre cada vez de una manera nueva.
La memoria distorsiona el momento presente con el deseo y el sufrimiento. Esta memoria le da nacimiento al yo y el yo perpetúa la memoria, sobre todo con la idea ilusoria de la seguridad futura, incluyendo las conexiones de esta ilusión con el dinero.
Sólo en Percepción Unitaria puede seguirse el veloz movimiento de la imaginación ilusoria. Esto requiere energía, buena comida, ejercicio y orden en la vida.
Hay que sentir la violencia interna, en Percepción Unitaria, constantemente. El tiempo no hará que la violencia se vuelva no-violencia. La violencia no cesa con la oposición. La oposición confrontativa es la actividad del yo.
Darse cuenta de la violencia disuelve la violencia.
La Percepción Unitaria trae gran claridad y coherencia.
El dormir no termina con un sueño, sino con el despertar.
El yo no termina con el pensamiento, sino sólo en la Percepción Unitaria, mientras dure la Percepción Unitaria.
El fin del yo es el fin de la hipnosis, de la dualidad, la incoherencia y el conflicto.
La dualidad no está sólo en la duplicidad, también está en la contradicción, el conflicto horizontal, la interminable tristeza, el temor y el estrés.
La dualidad inventa enemigos y guerras. Inventa la autoperpetuación y el egoísmo.
El mejoramiento del yo es solamente más yo.
La Percepción Unitaria tiene que ser comprendida, lo cual es urgente para el individuo y para la humanidad.
No es posible el amor duradero sin Percepción Unitaria. Y sin amor, la vida es un infierno.
Tomado del libro: Relación, Religión y Aislamiento 2014.
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