Diálogo sobre el Silencio
Dr. Rubén Feldman González:
Cuando uno entiende que lo más importante de la existencia humana es vivir con una mente clara y pacífica, entonces uno intenta la Percepción Unitaria. La Percepción Unitaria es puro escuchar en silencio.
Entonces, escucho sin esfuerzo todo sonido perceptible. En ese puro escuchar desde el silencio el acto de la observación es más importante que el observador y que lo observado.
La observación en Percepción Unitaria abarca al observador (memorias, planes, miedos y deseos que van emergiendo a la conciencia), pero también abarca a lo observado (que es todo lo perceptible).
En Percepción Unitaria tenemos un panorama de la realidad que no es vista desde un centro (el observador), sino que va incorporando toda la información accesible a la percepción, pero sin esfuerzo y sin lenguaje. Sin el nombre que recibe el “yo”.
A ese silencio llegan los miedos, planes y deseos (que constituyen el conflicto) y se van quemando en el silencio de la Percepción Unitaria.
Digo que CASI termina el conflicto porque (en mi experiencia), aun después de quemarse un miedo, vuelve a surgir otro (poco después) que, también, se quema; pero solamente si existe Percepción Unitaria. El final de un temor no es un proceso gradual. Lo que quiero decir con la palabra “casi” es que pronto aparece el temor con otro ropaje.
Tuve un paciente que se quejaba de su temor (que duraba todo el día) de que su patrón lo expulsara de su empleo.
Algunos entienden al “gerundio” como una palabra que “funciona”, a la vez, como verbo y como sustantivo.
La palabra “silencio” es un ejemplo de esa forma de entender al “gerundio”. Silencio es el ACTO (verbo) de suspender (YA MISMO) el símbolo y el lenguaje. Ese acto lleva el NOMBRE (sustantivo) de “silencio”.
Dialogando nos vamos entendiendo y, quizá, también iremos entendiendo que LO QUE VE ES TODO LO QUE HAY.
En esta manera, aparentemente excepcional, de ver y oír (en el silencio), el miedo pierde su nombre y el acto de temer desaparece.
Si uno comprende que es necesario persistir con-sistentemente, constantemente (aunque quizá no sea permanentemente), en la vivencia de la Percepción Unitaria, sin duda va ocurriendo (gerundio) un cambio inexorablemente neurofisiológico (electroquímico), que hace que despierten centros cerebrales que existían, pero en estado de atrofia.
Al decir “centros” me refiero a hologramas energéticos que son cinematográficos; es decir, generadores de imágenes móviles sinestésicas. Estos hologramas ocupan espacio más allá del cerebro mismo y trascienden las antiguas “zonas cerebrales”.
El ser humano es un contador de cuentos porque las neuronas son células que cuentan, cada una, su historia; a través de aminoácidos generados por el ADN; después de fosforilacio-nes post sinápticas que, a su vez, continúan a estímulos de receptores sinápticos y aperturas de canales iónicos.
Hay sistemas neuronales que transportan cuentos a diferentes zonas cerebrales que están actuando simultáneamente. Así se desarrolla el lenguaje, por hologramas energéticos super-puestos y sucesivos, que hace que un esquimal conceptúe la palabra “agua” como un barato cubo blanco de hielo, como algo frío y pesado; en tanto que un Tuareg de Mali conceptúa “agua” como algo muy caro, esférico como una gota, algo tibio y liviano, en ese acto, inevitablemente sinestésico, del hablar y el conceptuar.
Pero yo afirmo que es posible hablar y pensar en Percepción Unitaria. Insisto que se puede pensar en Percepción Unitaria, pero que pensar acerca de la Percepción Unitaria no es Percepción Unitaria. La “luz” es el sustantivo del verbo “ver”. Al hablar nos referimos a la luz y a las maneras en que ésta fue transportada por esas “relatoras” que son las neuronas, simultáneamente, a zonas de la visión, de la cenestesia, del oído, etc., en el cerebro y el cerebelo.
En Percepción Unitaria, esas “relatoras” tienen que contar su “historia” de una manera totalmente nueva (en el YA MISMO).
Sin duda que en Percepción Unitaria hay una inmediata transformación electroquímica del sistema nervioso central.
Jiddu Krishnamurti se refería a todo esto de una manera vivencial y directa. Fueron los diálogos que tuve con él, desde marzo de 1975 hasta su muerte en febrero de 1986, lo que me dio el fundamento perceptual para que ocurriera “Aquello” en junio de 1978 y, luego, muchas veces más en mi vida 1 . Trato de no hablar de Jiddu Krishnamurti (porque me entusiasmo mucho), pero lo recomiendo como lectura.
Usted pregunta si no estaremos inventando cuentos más elegantes o aceptables que los cuentos anteriores en la humanidad.
Veamos.
Cuando digo “unicornio”, estoy inventando un cuento. Cuando digo “caballo”, puedo estar inventando un cuento de la vida imaginaria o puedo estar hablando de mi experiencia personal con un caballo. Cuando hablo de la Percepción Unitaria, estoy hablando de la vivencia de las vivencias, estoy hablando de algo que, paradójicamente, se relaciona con el silencio, o que es el silencio alerta en sí.
Por eso parece tan difícil hablar sobre la Percepción Unitaria, lo cual es tan importante.
Si usted comprende el hecho vivencial de la Percepción Unitaria, esta Percepción Unitaria deja de ser un cuento, una mera palabra, y pasa a ser la vivencia misma del silencio en el que sólo existe escuchar. Escuchar todo el sonido al mismo tiempo. En este escuchar total dentro del silencio puede uno hablar o percibir callado, sin que cese el escuchar total en el silencio. No es que Rubén oiga, sino que sólo existe el oír.
Algo que Jiddu Krishnamurti me recomendó que hiciera, fue solamente decir “silencio” mientras uno escucha todo el sonido. Esa puede ser una manera (no una técnica) de entrar al silencio alerta de la Percepción Unitaria.
Tomado del libro: La Mente También es Percepción Unitaria.